LAVOZDEGALICIA.ES 13 Vigo 13 AGO 2008 - Pedro Rodríguez Villar
El 21 % de los turistas que pernoctan en el camping de la joya del parque nacional son extranjeros. Todos destacan la experiencia y recomiendan el viaje en sus países de origen.
Las islas Cíes son como un secreto a voces de Galicia, conocida mundialmente por el Camino de Santiago. Y, cada vez más, el destino buscado por cuanto viajero que llega a Vigo. Cuando los pueblos prerromanos ocuparon toda la ría, creyeron que el archipiélago eran un lugar sagrado y de encuentro para humanos y dioses. También los romanos las frecuentaron, como se ve en los escritos de los historiadores latinos Estrabón y Plinio. Más tarde fue un lugar de descanso para los piratas, primero lo turcos y tunecinos y después los ingleses, con Francis Drake a la cabeza.
Ahora, pisan las islas personas de todo el mundo. El 21 % de las que pernoctan en el cámping de Cíes son extrajeras. Los siete países de procedencia más frecuentes son, por este orden, Portugal, Inglaterra, Francia, Alemania, Italia, Argentina y Brasil. Pero están aumentando los grupos que preparan viajes organizados desde China, Corea y Rusia.
Muchos llegan a las Cíes después de leer recomendaciones en periódicos y revistas, en redes sociales o, simplemente, gracias al boca a boca. Vienen a descubrir la belleza de la joya del único parque nacional de Galicia, aunque las actividades que se organizan también son un gran atractivo. Por ejemplo, por ser un destino Starlight: en la primera semana de septiembre se celebrará un maratón mundial de fotografía nocturna.
Este verano, con los ánimos calmados y sin problemas de sobreventa con las navieras, en los barcos que van a las islas de Vigo se escuchan idiomas de todas las partes del mundo. Lo que más sorprende a los extranjeros cuando desembarcan es la arena blanca de las playas y el agua cristalina. Todos coinciden en que no esperaban encontrarse algo tan parecido al Caribe en Galicia.
Un lugar con magia
Bruno Vieira es de Oporto. Un día navegaba por Internet y vio unas fotos de «unas islas a una hora y media de mi ciudad». Hizo alguna búsqueda y le llamó la atención que hubiera «un paraíso caribeño tan lejos del Caribe». Como amante de la fotografía, las Cíes le pareció un lugar «mágico» para sacar buenas imágenes: «Son preciosas y, aunque son pequeña, hay mucho que ver». Las playas y las vistas desde el faro le parecen «increíbles». Ahora, ya de vuelta en Portugal, explica que está pensando en volver con sus amigos, pero al principio del verano cuando las playas estén menos saturadas de turistas.
Prathamesh Kale estaba de viaje por España cuando le hablaron de las Cíes. Es de Pune, una región de la India, y nunca había escuchado hablar ni de Vigo ni de sus islas. Explica que descubrió que llegaba a un paraíso cuando se bajó del barco y se dio cuenta de que sus expectativas habían sido superadas ampliamente. «La arena blanca y el agua transparente eran increíbles», explica Prathamesh con la experiencia aún a flor de piel. Lo mejor para el viajero indio fueron las rutas para hacer senderismo. «Caminar entre las montañas y el océano fue una experiencia que no había vivido antes». De hecho, en su Instagram llama a Cíes «el mejor destino de senderismo del mundo». Ahora Prathamesh continúa su viaje por Galicia, pero está seguro que si alguna vez vuelve a España, querrá visitar las Cíes. «Sin duda».
Tampoco Leopoldine Dognon había escuchado nada sobre el parque nacional en París, su ciudad natal. El azar quiso que durante un intercambio en Canadá se enamorara de un joven de Vigo. Fue allí, al otro lado del Atlántico, donde escuchó hablar por primera vez de las islas Cíes. Su pareja, como buen vigués, presumió de que allí tenían la «mejor playa del mundo». Leopoldine creía que «era una broma más» y que simplemente sería un lugar bonito. Pero cuando pisó la arena blanca de Rodas por primera vez, dejó su orgullo de lado y reconoció que «era la playa más bonita en la que había estado hasta ahora». Su visita a las Cíes fue de cuatro días. Desde la tienda de campaña disfrutó de la noche en las islas y escuchó «el silencio». Eso fue «lo mejor porque, por la noche, cuando todos se marchan, hay una tranquilidad a la que no estoy acostumbrada». Espera poder volver más veces en un futuro y cuando regrese a la capital francesa recomendará a sus amigos y familiares venir a Vigo y a las Cíes.
Impacto desde el barco
Karen Dross es de Varsovia (Polonia), aunque tiene familia en Vigo. Cuando viene de visita siempre intenta ir a las Cíes porque son un «paraíso natural». Recuerda muy bien la primera vez que pisó las islas. Fue hace años, pero el agua le impactó ya desde el barco. «Solo me esperaba encontrar ese color turquesa en el mar del Caribe o en el del sudeste asiático». En su memoria está el tacto de la arena fina en sus pies, que le recordaba a la harina. Para Karen, las Cíes tienen mucho de especial. Le encanta que la cantidad de personas por día este limitada porque así puede perderse y estar «sola con la naturaleza». Cada año que viene a Vigo intenta visitar las Cíes para poder desconectar de sus estudios y de las prisas del día a día. Explica que las islas «son el mejor lugar para hacerlo». Sus días en el Parque Nacional tampoco se resumen solo en playa y mar. Aprovecha para caminar y descubrir los secretos escondidos caminando por todas las rutas de las islas. Ahora estudia en una pequeña ciudad de Alemana. Allí, recomienda a todos sus amigos que vayan a Vigo porque tiene unas islas que «son un paraíso escondido». Le encantaría poder enseñar a sus compañeros todos los secretos que descubrió en el archipiélago.
Alexia Sailhan vio por primera vez las islas Cíes de lejos, desde la ventana de un coche en plena autopista. Le llamaron la atención y pensó que le gustaría conocerlas. Como si de un espejismo se tratase, quería acercarse más y más. Después del coche, las vio desde la ventana de su casa, más tarde desde una playa de Nigrán y, por último, sobre el Atlántico justo antes de caminarlas por primera vez. La playa de Rodas le recordó a su México natal por la «arena blanca y los bosques que crecen justo desde la playa». Para ella, las Cíes son como un «paraíso escondido» y que solo se puede conocer «estando allí», porque las fotos «no le hacen justicia».
Tres horas de tren
Sveta Yehurnova es de Dnipro, Ucrania. En un viaje por Portugal, un vecino de Oporto le dijo que «cerca de allí, en Vigo, había un paraíso». Preguntó cómo llegar hasta las Cíes y decidió subirse a un tren y viajar tres horas para poder visitarlas. Asegura que nunca se arrepentirá de esa decisión porque «fue una experiencia increíble». La travesía en barco fue «la primera sorpresa». Desde la cubierta del ferri descubrió un paisaje único para ella. «No había visto un sitio tan bonito en toda mi vida», destaca la viajera ucraniana. La sensación de sorpresa le acompañó en todo momento, aunque lo mejor fue «la playa con arena del color nieve y el agua cristalina». El otro momento que destaca como «mágico» fue cuando llegó al Alto do Faro. Allí, descubrió «la inmensidad del océano Atlántico con unas vistas inolvidables».
A Sveta se le hizo corto el viaje de cuatro días en las Cíes. Espera poder volver algún día y quedarse más tiempo para descubrir más secretos de las islas y otros lugares la ría.
The Boston Globe, The Daily Telegraph y The Guardian recomiendan viajar al archipiélago
Hace diez años, las Cíes se habían hicieron un hueco en las guías de viajes del Reino Unido, después de que el prestigioso periódico The Guardian denominase a la playa de Rodas como la «mejor del mundo». Desde entonces se han sucedido las reseñas internacionales. Durante el último año, el parque nacional no ha pasado desapercibido en las revistas, las redes sociales y en medios de comunicación de todo el mundo. Esta misma semana, la cuenta de Twitter del satélite Copernicus de la Agencia Espacial Europea ofrecía las fotos del lugar desde el espacio que le pedían los distintos usuarios. Más de uno preguntó por las islas Cíes, por lo que el satélite apuntó a la ría de Vigo y compartió la instantánea por Internet.
En el Reino Unido, The Guardian ha vuelto a incluir las islas en una guía de viajes por Galicia, mientras que el Daily Telegraph destacaba a las Cíes en un reportaje como un lugar donde «las playas lucen casi tropicales». Además, añadía que es un paisaje donde «simplemente te puedes tirar en la arena y quedarte todo el día».
En Estados Unidos, el diario The Boston Globe, en el que trabajan los periodistas de Spotlight (película sobre abusos de sacerdotes a niños ganadora del Oscar en el 2016), le dedicó a las Cíes un articulo titulado «Descubriendo el Caribe en el norte de España». Estaba firmado por el columnista de viajes Cristopher Muther. Este relata que las islas son como una «gema escondida para muchos de fuera de Europa». Además, comienza con una descripción en la que explica que la arena y el color el agua hace que pienses que estás en el Caribe, hasta que se siente el agua fría del Atlántico en la piel.
El archipiélago también es recomendado en muchas revistas de viajes a nivel internacional. Por ejemplo, la web de Conde Nast Traveler (1.700.000 seguidores en Instagram) lo incluye en un ránking de las diez islas secretas de España y al arenal de Rodas en otro de las mejores playas de la Península Ibérica. También la revista «online» norteamericana Thrillist (500.000 seguidores en Instagram) ha incluido a las Cíes en su lista de catorce islas en Europa que los «americanos pasan por alto». El Parque Nacional comparte espacio con San Miguel (Azores) y la Graciosa (Canarias).
También la Unesco recoge a las Cíes en el apartado de su web con los candidatos a convertirse en Patrimonio de la Humanidad.
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